jueves, septiembre 05, 2013

Estuve en La Rioja con Silvana Lanchez y el bibliomóvil de Conabip. Fuimos a visitar bibliotecas populares y colegios secundarios. Entre todas las cosas que vi, que escuché, y que ya atesoro como recuerdos valiosos, una historia me pareció fabulosa. En los llanos riojanos, en medio de la sequedad y el polvo, de donde misteriosamente salieron tantos caudillos, una localidad (Chepes) reinaguró hace poco tiempo la biblioteca popular Juan Rulfo. Me contaron que muchos vecinos preguntaban quién era ese tal Rulfo (claro, si uno recorre las bibliotecas populares argentinas, descubre que la mayoría tiene nombres de la tradición local y la gente está más acostumbrada a ver carteles que dicen Manuel Belgrano, Mariano Moreno, o, en este caso, Facundo Quiroga o Chacho Peñaloza ). Me contaron, también, que los fundadores de la biblioteca en cuestión contestaban: “porque este lugar es igual a Comala”. Parece que ninguno había viajado a México, pero habían leído Pedro Páramo y El llano en llamas. Por el viento, los fantasmas, el polvo, “la gelatina de los ojos se derrite. Los cabellos arden en una sola llamarada”. En Chepes, La Rioja, Departamento Rosario Vera Peñaloza, maestra de la Patria.