martes, junio 15, 2010

Charla con Hebe

En su programa de televisión "La Clementina".
Sale este jueves a las 21,30 hs en

viernes, junio 11, 2010

El Hombre Regenerativo de La Tablada

"Un trueno apocalíptico hizo temblar la carpa y nosotros nos tiramos al piso, muertos de miedo. Parecía que las nubes echarían por tierra todo el ácido que contenían, pero, sorpresivamente, después del estruendo, dejó de llover. Aldo, Tita y yo nos asomamos desde el alero, junto a Mano. La tormenta se abrió y el cielo se llenó de arco iris petroquímicos. Sus espectros de luz cruzaban las alturas y después caían, vaporosos, en distintos lugares de La Matanza, ahogando sus colores insólitos entre las ruinas y los incendios. Empezamos a salir, pisando con cuidado sobre las piedras, ya que en todas partes aún quedaban charcos venenosos. Nos acercamos hasta el lugar adonde Salvo se deshizo, en busca de algún vestigio de su cuerpo, pero no pudimos encontrar nada más que un pequeño montículo, formado posiblemente por la acumulación del calcio de sus huesos en la tierra.

En los alrededores, las llamas crepitaban en las casas y monoblocks de Villa Madero. Arriba, el cielo era un paisaje desolado, apenas cruzado por las columnas de humo, porque no se veía un solo pájaro. La gente del circo salió de la carpa y se amontonó alrededor de la tumba del Hombre Regenerativo. Pronto, trajeron las primeras ofrendas, notas o distintos objetos personales, y así el montículo se fue transformando en un santuario. Tita se paro frente al resto y preguntó, a los gritos:

—¡¿Si le cortan la oreja?!
—¡Vuelve a crecerle! —contestaron los demás.

Entonces, se pusieron a cantar:

¿Si le cortan la oreja?
¡Vuelve a crecerle!
¿Si le cortan la lengua?
¡Vuelve a crecerle!
¿Si le cortan la mano?
¡Vuelve a crecerle!

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!

Cuando la sangre se seca,
cuando la carne se cierra,
cuando la piel cicatriza,
cuando el pelo renace.

¡Los chicos se ríen!
¡Los grandes aplauden!
¡La gente lo pide!
¡La gente lo quiere!

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!

¿Si le cortan el brazo?
¡Vuelve a crecerle!
¿Si le cortan la pierna?
¡Vuelve a crecerle!
¿Si le cortan la cabeza?
¡Vuelve a crecerle!

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!

Cuando el estómago cruje,
cuando los pulmones respiran,
cuando el corazón late,
cuando el cerebro despierta.

¡Los chicos se ríen!
¡Los grandes aplauden!
¡La gente lo pide!
¡La gente lo quiere!

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!

¿Si lo tiran de un edificio?
¡Sano y Salvo vuelve!
¿Si lo matan a golpes?
¡Sano y Salvo vuelve!
¿Si lo matan a tiros?
¡Sano y Salvo vuelve!

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!

Los mutantes bailaban alrededor del montículo y sus pasos levantaban gotas de ácido de los charcos, salpicando la ropa y la piel. Pese a las quemaduras, igual seguían la danza y el canto, hasta que Tita, arrodillándose en el piso, empezó a gritar desaforada, mientras señalaba el montículo. Los demás nos acercamos y entonces el grito se generalizó: ¡Un ojo asomaba de la tierra!

—¡Hagan espacio! —pidió Mano.

Varios dimos un paso atrás, pero la mayoría estaba a los empujones y se agolpaba para ver. Mano sacó las ofrendas y liberó de piedras la zona cercana. Entonces, los presentes pudimos ver, maravillados, cómo el ojo empezó a pestañear. Todos se pusieron frenéticos. Saltaban, gritaban, lloraban. Tita nos tomó a Aldo y a mí y pidió que se hiciera una ronda. Pronto, empezamos a girar.

¡Vuelve!
¡Vuelve!
¡Vuelve!

¡Salvo!
¡Siempre!
¡Vuelve!"


Las Estrellas Federales, "El Hombre Regenerativo de La Tablada" (fragmento), Norma, 2011.