viernes, julio 14, 2006

Cuesta abajo en mi rodada

El patio

por Juan, momentáneamente sin poedición.


Se prenden las luces,
el motor, los canales,
cuando toco la masilla
que le puse al camioncito.
Perón está exiliado
en Asunción; carga las bolitas
japonesas, las lecheras,
mi mamá dice que está
lista la comida
y yo no puedo levantarme
porque la guerra recrudece
-en el patio los camiones
descargan soldaditos;
no da un minuto de respiro
la gente en la baldosa
colorada entre las dos
macetas con malvones
porque Valle se subleva.

Junto a la puerta y la canilla
-bomba tras bomba gotea
sobre el valde-
los vecinos de La Plata
viven dramáticos el tiempo,
la explosión que cae
en la vía y en la pista
del escaletri; están volcados
los tranvías,
los colectivos en la madrugada,
una barricada entre las fuerzas
rebeldes, las fuerzas leales,
y la voz de mi madre que insiste:
¡Juan Diego está servida la comida!

Pero está llegando a la rejilla
y a las piernas de mis abuelos el combate
de los gorriones que bajan
de la terraza en la disputa
por las galletitas
que tiramos ayer; es un desastre
cuando estallan los ladrillos,
la masilla, la torre de plástico
del regimiento 7 de macetas;
los aviones pasan rasantes
sobre las casas platenses,
fusilan a Cogorno y al subteniente
con mi mamá,
con la comida, cuando me levanto
y me voy del patio
y entro en la cocina.

2 comentarios:

Martina Lopez Brazzola dijo...

¿Me explicás esto de las poediciones? Parece parece que es algo muy lindo.

Anónimo dijo...

Gracias Martina.

Lo que hago es escribir un poema y después mandárselo a mis amigos para que le modifiquen, agreguen, quiten, lo que quieran. así van quedando diferentes versiones.

saludos!